Salmo 41


Tengo sed de Dios

Como busca la cierva corrientes de agua,

así mi alma te busca a ti, Dios mío,



tiene sed de Dios, del Dios vivo:

¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?



Las lágrimas son mi pan noche y día,

mientras todo el día me repiten:

“¿Dónde está tu Dios?”.



Recuerdo otros tiempos, y desahogo mi alma conmigo:

cómo marchaba a la cabeza del grupo,

hacia la casa de Dios,

entre cantos de júbilo y alabanzas,

en el bullicio de la fiesta.



¿Por qué te acongojas, alma mía,

por qué te me turbas?

Espera en Dios, que volverás a alabado:

“Salud de mi rostro, Dios mío”



De día el Señor me hará misericordia,

de moche cantaré la alabanza del Dios de mi vida.



Dirá a Dios: Roca mía, ¿por qué me olvidas?

¿Por qué voy andando, sombrío, hostigado por mi enemigo?



Se me rompen los huesos por las burlas del adversario:

todo el día me preguntan: “¿Dónde está tu Dios?”.



¿Por qué te acongojas, alma mía,

por qué te me turbas?

Espera en Dios, que volverás a alabado:

“Salud de mi rostro, Dios mío”

3 comentarios:

Natalia dijo...

Mariana que lindo salmo...cuanta verdad, Dios nunca nos abandona, quizas por ser seres humanos nos olvidamos un poquito de el y en las malas creemos que nos ha abandonado, pero Dios esta siempre con nosotros, él es nuestro salvador...te mando un fuerte abrazo!

mery dijo...

Mariana..somos tocayas ya que yo tambien me llamo igual...es mi primera vez por aca, muy lindo el salmo, te espero por mi blog!

ALMA dijo...

El viernes una amiga, que profesa la religión judía me contó que con su mamá compartía la lectura de los salmos...,y para mí fue un descubrimiento, y ahora los leo nuevamente en tu post. Muy lindo

Besos